Hola, mis niñas ¿cómo están? Hoy tengo el enorme placer de contarles la historia de mis colegas Cocaí y Chai y de su humano, Rober. Y es que esta familia compuesta por dos perras y un hombre ha tenido la osadía de viajar de España a La India ida y vuelta. Ellos mismos dividen la travesía en tres etapas: el Nueva Delhi Express Canino, el confinamiento en India y el Madrid Express Canino. Han recorrido Asia durante 3 años haciendo dedo. Sí, leyeron bien, no han tomado ni un solo avión ¿Quieren saber más? pues aquí les comparto la que me contó Roberto en nuestra charla:
x: Rober, ¿te querés presentar?: contanos un poco sobre vos, sobre tu esencia.
«Me llamo Roberto y nací en Madrid, España. Allí crecí, viví y me formé durante mis primeros 23 años de vida, bien arropado en una familia con la que siempre he tenido una relación de diez, y unos amigos que son lo más. Luego comenzó mi vida viajera con mis perras. Y es que podría decirse que tengo dos vidas o mundos, los cuales valoro tanto que no puedo anteponer ninguno al otro: el de mi casa, mi familia y amigos; el que está ahí fuera, que es sinónimo de aventura y, aunque suene extraño, mi zona de confort. En cuanto a mi personalidad cabe resaltar también la dualidad, pues soy tranquilo y a la vez aventurero, independiente y mimoso, de mente racional y corazón espiritual, sencillo y a la vez algo ambicioso… Quizá todo encaja según el contexto/mundo. Pero si tuviese que resaltar dos aspectos positivos de mi persona diría que soy –o eso dicen– curioso (¡lo quiero conocer todo!) y empático. Creo que son dos cualidades que llevaba de serie pero viajar las ha acentuado.
Aunque soy biólogo de profesión (también soy psicólogo) actualmente me gano la vida como buenamente puedo de una forma muy distinta, y que tiene que ver con lo que más me gusta: los perros, viajar y escribir. Son quizá cosas muy genéricas y distintas, pero me las he apañado para poder unirlas. Es decir, viajo por el mundo con mis dos perras (ambas adoptadas on the road: Bolivia e India) y escribo sobre ello. No tanto sobre mi experiencia personal, sino sobre todo en relación a otros y sus culturas. Y cuando digo “otros” incluyo a los perros, cuyas vidas y formas de relacionarse con las personas varían enormemente de un país a otro».
x: ¿Cómo fue hacer tremendo viaje con tus perras? ¿Tenías algo planeado?
«La idea era llegar a China, pero la pandemia nos dejó estancados en India año y medio, y como seguían sin abrir fronteras por el Sudeste Asiático decidí que era hora de volvernos. Nos llevó diez meses la vuelta. Pasamos por Pakistán, Irán, Turquía y ya luego Europa. El problema es que no era fácil cruzar fronteras en tiempos del Coronavirus.
Quizá lo más remarcable de nuestros viajes es nuestro estilo. Si Chichi es una perra viajera de la élite, Cocaí y Chai son perras viajeras perroflauta. Nos movemos casi siempre haciendo autostop y dormimos en nuestra casita portátil: una tienda de campaña. Además, seguramente por viajar con dos perras maravillosas conectamos mucho con otros viajeros y sobre todo gente local. Si te digo la cantidad de casas que hemos pisado, comido y dormido no te lo creerías. Vamos, es que no lo sé ni yo porque he perdido la cuenta. Esto es lo mejor porque no se conoce una cultura de manera más profunda e intensa que desde dentro… De las propias casas de los lugareños.
x: ¡¿Diez meses la vuelta?! es que esta historia está para hacer una película ¿cómo hicieron para sobrevivir económicamente a este imprevisto? ¿Qué te motivó a seguir?
«La forma principal de financiación viene con mis postales viajeras, con hechos culturales, temática perruna e historias vividas por nosotros mismos en cada país por donde pasamos. El éxito se debe a nuestra bonita comunidad en redes sociales que, aunque modesta, son fieles como nuestros mejores amigos cuadrúpedos y nos apoyan día tras día desde hace ya años. Pero esto no va solo de sobrevivir. Cuando llevas mucho tiempo en ruta se necesita algo más que disfrutar y seguir conociendo culturas. Algo que te motive a seguir y te llene. Algo que aporte o ayude de alguna forma a otros también. Es decir, un proyecto viajero. Así nació Viajeros Perrunos. Yo tengo tres Pilares básicos: 1) “empoderar” a potenciales viajeros perrunos; 2) ayudar a refugios y generar conciencia animal; 3) aprender sobre la cultura perruna y escribir sobre ella.
x: ¡Qué buena esa frase: “empoderar a otros viajeros”! ¿Qué mensaje le querés dejar a los que te están conociendo ahora o a los que quieren emprender un viaje y no se animan?
«Viajeros Perrunos nació con la idea de animar a otras almas viajeras a lanzarse a la aventura canina. Y esto lo hice porque tras un tiempo viajando junto a Cocaí por Sudamérica fueron muchas las veces que me preguntaron que cómo lo hacía, si no era muy difícil. ¿Un último mensaje para todas aquellas almas aventureras que quieren hacer un viaje de este tipo con sus perros pero no se atreven? Que no lo piensen tanto. Que es normal que haya dudas porque no es fácil viajar con perro, pero una vez te atreves a dar el paso te das cuenta de que no solo es posible… sino maravilloso. Compartir esa aventura con tu compa peludo: las montañas, ríos, lagos, playas, selvas, desiertos, pueblos, ciudades son mucho más bellas en compañía de tu perro. Ya solo por esto vale la pena el sacrificio. Pero es que además tiene una ventaja “colateral”: el acercamiento a la gente. “El viaje son las personas”, eso es algo que se aprende viajando. Los sitios turísticos que son el motor motivante en un principio van dejando paso a las personas».
Si se quedaron con ganas de saber más sobre Rober, Cocaí y Chai pueden seguirlos en sus redes @viajerosperrunos o en su página www.viajerosperrunos.com Allí están disponibles otros dos diarios de viajes -Sudamérica y Norteamérica- donde narran todas las aventuras caninas. Pronto también estarán los diarios por Asia y un libro sobre el confinamiento en la India. Muchísimas gracias por esta charla y espero que coincidamos en algún lugar del mundo. Eso sí, a mi nada de tienda, hotel con un buen colchón y agua potable.
Les ama,
Xixi