Mi historia comienza en Recoleta, comuna de la ciudad de Santiago. Sufrí un accidente que me hizo perder una pata. Me encontraron, me operaron y me dieron en adopción (responsable).
Publicaron mis fotos en las redes y por supuesto que el primer mensaje no tardó en llegar, era la Mary (hoy mi mucama) obnubilada con mi belleza escribió durante días y días preguntando por mí, parecía tener un intenso y feroz deseo de adoptarme.
Pero en la cabeza de mi familia de tránsito giraba un solo problema por el que no decidían entregarme: ¡¡viajaríamos por todo el mundo!!
Con el tiempo, esa idea dejó de asustarlos y finalmente tomaron la decisión de entregarme a los brazos de la Mary. Desde ese momento ella se convirtió en mi fiel sirvienta.
Mayo 2016, dos meses después de llegar a mi nuevo hogar y de la mano de la Mari tomaba mi primer avión rumbo a Saint Jhon, Argentina.
Después de haber pasado por todo el estrés de hacer todo el papelerio por primera vez para poder viajar en avión, ya estaba lista para embarcar.
Unos meses antes del viaje había empezado a practicar estar dentro de un bolso de viaje y a tomar gotas de Bach. Pero para nada sirvió. Fueron los 45 minutos más largos de mi vida: los nervios de punta, no hubo gotas de Bach ni reiki que funcionara.Cuando por fin estuve en tierra firme, me sentí renacer. Pero solo uno días después me esperaba un viaje aún más largo: Brasil era el próximo destino.
Más confiada emprendía el siguiente tramo. Esta vez eran 4 larguísimas horas las que tenía por delante. El empoderamiento duró hasta el despegue, en cuantito alzó vuelo la histeria brotó nuevamente ¿qué decirles? un verdadero desastre.
Yo pensé que esta situación era irremontable, pero misteriosamente las cosas cambiaron en mi segundo viaje. No sé si fue la sobredosis de gotas de Bach o si se fue mercurio retrógrado pero las cosas empezaron a cambiar a la vuelta.
Con el tiempo me fui amigando con la idea de ser una perra de mundo y convertirme en la “Reina de los cielos” que hoy soy.
A lo largo de mi vida a pesar de tener solo tres patas, camine y camine y camine y camine…a lo largo de los 5 continentes.
Conocí mucha gente, muy amable y amistosa, que me hacen querer aun conocer más.
¡Te comparto un mapa con todos los lugares donde estuve!